Los gatos constituyen uno de los grandes enigmas de los animales de compañía. Siempre nos sorprenden con sus personalidades, curiosidades y simpáticas exquisiteces, así que, no iban a ser diferentes con el tema del dolor. En este artículo intentaremos dar las claves para identificar si tu gato sufre dolor.
La reciente propuesta de actualización de la definición de dolor es la siguiente: “Experiencia angustiante asociada con daño tisular real o potencial con componentes sensoriales, emocionales, cognitivos y sociales”.
Con esta nueva definición, podemos ver cómo se tiene en cuenta que las emociones también se encuentran involucradas cuando se produce el dolor. Por ejemplo, hay numerosos estudios en perros que relacionan, comportamientos no deseados con la presencia de dolor.
Es decir, que el animal al sentir dolor muestra cambios en su comportamiento habitual, como puede ser, estar más irascible, no permitir que otros perros se le acerquen… Cuando antes, sí permitían este tipo de contacto.
En el caso de los gatos, hay reacciones que responden a una relación del cambio en su comportamiento con dolor, pero también es cierto, que los felinos son poco tolerantes a los cambios y a veces no está claro si su nuevo comportamiento es porque no se encuentran bien a nivel físico, o porque no están de acuerdo con algo que ya no es como antes…
Enfermedades felinas más comunes
Como la mayoría sabréis, cuando notamos a nuestro gato raro, más apagado o parado en casa, nos saltan todas las alarmas… Porque además de preocuparnos por lo que le puede estar pasando, otra de las grandes preguntas es ¿cuánto tiempo lleva así?
Según la edad, raza, desarrollo, alimentación, el tipo de vida que tenga el gato… hay enfermedades que pueden ser más o menos esperadas a que aparezcan a lo largo de su vida. Algunas son de reconocimiento general como:
- Asma Felino
- Leucemia Felina
- Enfermedad Renal
- Enfermedad Inflamatoria Intestinal
- Gingivoestomatitis
- Diabetes
- Obesidad
- PIF
¿Cómo identificar si mi gato sufre dolor?
Las enfermedades que pasan más desapercibidas, o son menos reconocidas, son aquellas que están relacionadas con el sistema locomotor, como puede ser la enfermedad articular degenerativa, displasia de cadera, rotura de ligamentos, hiperlaxitud de tendón o ligamento… Éstas son alteraciones que también padecen los gatos y que en muchas ocasiones se pasan por alto porque son grandes maestros del disimulo.
Salvo que los cambios en su manera de moverse sean muy evidentes, podemos tardar tiempo en relacionar que, el no subir tanto a los sitios como antes, el pensárselo varias veces antes de bajar de la encimera o el no correr por el pasillo, sean pequeñas alarmas de que nuestro felino no está bien y que tiene dolor.
Para apaciguar un poco la preocupación de saber si nuestro gato tiene dolor o no, hay una escala, Grimace Scale, cuyo fin es identificar el grado de dolor en gatos según cómo sea su expresión facial, fijándonos en los siguientes detalles:
- Posición de las orejas
- Tensión del hocico
- Apertura orbital
- Posición de los bigotes
- Posición de la cabeza
Esta escala es una gran herramienta para veterinarios y tutores, a la hora de identificar el estado del gato y hacer una graduación de dolor. Permite que haya una mayor involucración por parte del tutor, para que os sintáis más seguros porque ahora sabéis cómo reconocer si vuestro gato está con dolor, qué grado de dolor y así poder acudir al veterinario para que le hagan una exploración completa, identifiquen el origen de ese problema y os ayuden a solventarlo.
Actuar una vez identificado el dolor
Una vez sepamos lo que le pasa a nuestro gato, en función del problema que le está causando dolor, seguramente haya que valorar hacer algunos cambios de manera progresiva en su día a día para ofrecerle calidad de vida.
Algunos de esos cambios podrán solventarse o mantenerse controlados con terapias alternativas como la acupuntura, la rehabilitación, modificaciones en la alimentación, uso de suplementos que permitan ayudarle a recargar las defensas como el Anima-Strath, o un plus para el control del dolor como el Cronicare, que en muchos casos permite reducir la pauta de medicación y mantenerla a unos niveles bajos, así como reducción de ansiedad que en algunos casos, va unida al dolor.
El dolor en los animales es una de las grandes preocupaciones que tenemos las personas que convivimos con ellos. Tener a nuestro alcance la Grimace Scale es una herramienta potente que nos puede ayudar como tutores de gatos.
Ya sabemos que si notamos cambios en su expresión facial, debemos contactar con nuestro veterinario mientras mentalmente recapitulamos cómo lo hemos notado estos días en su rutina y poder ayudar a llegar a un diagnóstico.
Tu papel como responsable y tutor del animal es fundamental para poder ayudarlo y seguir dándole la mejor calidad de vida posible.
Un artículo de Sarah Flavia Pallín, veterinaria