Que todos los mamíferos envejecemos es un hecho bien conocido, y mejor o peor asumido. «A perro viejo, todo se le vuelven pulgas», dice el refranero popular. Nuestros perros y gatos senior comienzan a manifestar cambios propios de la edad, parecidos a los nuestros, en las etapas avanzadas de sus vidas; de hecho, los perros están tan adaptados a convivir con los humanos desde hace tantos miles de años que experimentan a diario influencias sociales y ambientales casi idénticas, siendo también susceptibles a muchas enfermedades relacionadas con la edad, como una forma de demencia similar al Alzheimer, que los ratones, por ejemplo, no desarrollan naturalmente.
En general, el gato tiene una esperanza de vida mayor que la del perro, y dentro de los caninos cuanto más pequeño sea el tamaño, más longevo será. Concretando un poco más, un gato se comienza a considerar “senior” cerca de los 11 años y un perro alrededor de los 7 u 8, dependiendo también de la calidad de vida que se le haya dado y factores genéticos como la raza.
Prevención del envejecimiento prematuro en perros y gatos senior. ¿Cómo?
El envejecimiento prematuro se puede prevenir llevando a cabo una serie de acciones o hábitos:
- Cubriendo sus necesidades con una alimentación bien balanceada y adaptada al individuo. Agua fresca siempre a su disposición.
- Con un acondicionamiento ambiental adecuado: cama cómoda y en un lugar tranquilo, comedero y bebedero geriátrico que, al estar más elevados, les permiten mantener una postura más cómoda y fisiológica.
- Adaptar los paseos. Igual que en las personas mayores, la inactividad lleva a mayor atrofia y anquilosamiento, por lo que es importante mantenerles activos, pero siempre que sean ellos quienes marquen los tiempos y la intensidad.
- Controles veterinarios periódicos a modo de mantenimiento, poniendo atención a cambios de comportamiento que podrían deberse a la aparición de alguna enfermedad.
- No solo hay que centrarse en su bienestar físico, un estado emocional equilibrado ayudará a tu animal a envejecer mejor.
Síntomas del envejecimiento en nuestras mascotas
El envejecimiento de nuestros perros y gatos conlleva una serie de síntomas, algunos visibles y otros a nivel orgánico y de comportamiento:
- Canas: principalmente en hocico y cara. Aunque no es un síntoma que se deba valorar de forma aislada, ya que hay individuos que les aparecen con pocos años de vida.
- Cambios de comportamiento: a menudo llamados “seniles”, a los que no se les encuentra una causa plausible ni responden a tratamiento: alteración de las interacciones sociales, retraso en el aprendizaje, cambio en los patrones del sueño, evacuar donde no corresponde por pérdida de memoria, momentos de ausencia y desorientación, disminución de la actividad o, por el contrario, momentos de inquietud y ansiedad, disminución de la conducta de acicalamiento y alteraciones del apetito.
Una vez descartada la enfermedad orgánica y causas primarias como motivo del cambio de comportamiento, se suele diagnosticar por exclusión el Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC), un trastorno degenerativo similar al Alzheimer de los humanos.
Existen cuestionarios y test cognitivos donde el veterinario puede valorar la existencia de signos compatibles con el SDC. Estas herramientas son necesarias para conocer el estado cognitivo del animal de una forma precoz y así poder instaurar un protocolo terapéutico adecuado.
Tratamiento para disminuir la ansiedad de perros y gatos senior
Muchos de los síntomas del SDC, tales como la eliminación inadecuada, las vocalizaciones excesivas y la agresividad, hacen que la relación entre el propietario y su mascota se vea afectada hasta el punto de considerar la eutanasia o el abandono del animal. Es importante instaurar un tratamiento encaminado a disminuir la ansiedad que pueda estar sufriendo el animal. En este sentido, en la actualidad se suele optar por la instauración de una terapia combinada que incluye pautas de comportamiento, fármacos, suplementos nutricionales y dietas especiales.
- Órganos de los sentidos: con el tiempo el cristalino va perdiendo su transparencia, hecho que puede dificultar la visión. Otros sentidos como el olfato o el oído también se van degenerando con la edad: la pérdida de olfato puede llevar a nuestras mascotas a perder el interés por la comida.
- Aparato digestivo: comenzando por la boca, con el debilitamiento de los dientes y acumulo de placa bacteriana, provocando inflamación e infección en encías. A parte del mal aliento, las bacterias acumuladas pueden viajar y dañar otros órganos.
Asimismo, el tránsito intestinal se vuelve más lento en los perros de mayor edad. Esto está relacionado con la disminución del tono muscular en el intestino y una disminución de la secreción de ácidos digestivos que ayudan a digerir los alimentos, que provoca estreñimiento, a menudo seguido de diarrea. Estos problemas se pueden controlar con una dieta adaptada, un buen aporte de líquidos y medidas como el ejercicio suave. - Actividad física: con los años los perros reducen su tiempo al ejercicio y lo dedican más a descansar. Al envejecer, los animales tienden a ganar peso, formando depósitos de grasa a expensas de la masa muscular. Es importante llevar un buen control del peso reduciendo así ciertas enfermedades agravadas por la obesidad como la diabetes o los problemas articulares.
- Bultos: la edad es un factor de riesgo en la aparición de distintos tipos de cáncer debido en parte a la disminución de la protección inmunológica. Además de la revisión anual que se recomienda y que permitirá la detección precoz de algunos de ellos, palpar el cuerpo de nuestro perro de vez en cuando es la mejor forma de localizar bultos que pudieran ser cancerígenos.
- Enfermedades degenerativas: Así como el animal se va deteriorando por fuera, también lo hacen sus órganos, afectando al funcionamiento de los riñones, hígado o corazón. Por ello es muy recomendable acudir al veterinario y realizar analíticas cada cierto tiempo.
Es importante mencionar que el envejecimiento no es una enfermedad, sólo es una etapa más de la vida. Y aunque ciertos trastornos, como la osteoartrosis o el síndrome de disfunción cognitiva, no tengan cura, sí pueden tener tratamiento, uno enfocado a mejorar su calidad de vida.
Lo prioritario en la vida de una mascota no es cuantos años vive, sino su calidad de vida, y eso va a depender en gran medida de nosotros. Nunca es tarde para mejorar la vida de tu perro o de tu gato, así que piensa si hay algo que puedas hacer para ayudar al miembro peludo de tu familia a disfrutar de una mejor salud.
Un artículo escrito por la veterinaria Paula Díaz.